Pensar en el ahorro energético suele implicar etiquetas energéticas, máquinas climáticas o climatización conectados a Internet. Pero a veces ahorrar electricidad y proteger el medio ambiente es tan simple como instalar un toldo, que puede cambiar la radiación solar en ventanas y exteriores.
El sistema es tan antiguo que se utilizó en la Arena Romana (siglo I d.C.). La protección de muros, especialmente como la mampostería, puede evitar que parte del calor se emita al interior durante el día. Así es como el toldo resiste las altas temperaturas.
¿Por qué los toldos pueden evitar el calor?
En días de mucho calor, es mejor estar a la sombra, porque el sol "calienta". Esta simple afirmación es un principio básico: esta estrella fusiona moléculas de hidrógeno y libera fotones, que viajan hasta nosotros para transmitir su energía. Si impactan directamente, nos referimos a la radiación directa.
Para ello debemos sumar la radiación reflejada y la radiación dispersa. Para cualquiera de estas tres situaciones, colocar un objeto entre el camino entre el fotón y nosotros reducirá la irradiancia o radiación incidente. Un toldo es una lona que puede producir sombras, aunque también se puede utilizar para resguardar las ventanas de la lluvia o proteger las casas de los vientos cruzados, su principal finalidad es resguardar las casas en verano. El aire caliente debajo de la tela se calienta y se propaga por convección, por lo que "tira" del aire más frío hacia arriba.
El toldo más allá de la ventana
El toldo se suele colocar en la terraza o ventana. Generalmente, el mecanismo es fácil de operar en la abertura por donde entra la luz del sol. Sin embargo, vale la pena considerar instalar estas lonas en parte de la fachada o en la mayor parte de la superficie del ático. Es decir, cubriendo el área exterior del cristal.
La arquitectura española se define a menudo como una "fábrica", un método de construcción en el que elementos como los ladrillos se apilan con argamasa. Como resultado, nuestras paredes son muy gruesas y pueden almacenar mucha energía. Esta capacidad se denomina masa térmica y puede resultar muy beneficiosa.
En invierno, incluso en ausencia de luz solar, las casas con alta calidad térmica pueden ayudarnos a calentar el interior. El calor del día ha penetrado las paredes y se liberan en unas pocas horas (a veces hasta 12 horas), que es más intensa en verano.
Cuanto mayor sea la masa térmica, más ventilación nocturna necesitaremos. Lo mismo ocurre con el suelo irradiado. Si abrimos las ventanas y el sol brilla en la habitación durante unas horas, el suelo desprende calor al cabo de unas horas.
Colocar un toldo frente a la pared puede evitar la luz solar directa y evitar que la pared se caliente demasiado. Combinado con un buen aislamiento térmico interior, el toldo puede ahorrar algunos grados en el interior. Recuerde, reducimos o aumentamos la cantidad de termostatos en la factura por cada grado.
Instalar un toldo no solo va más allá del confort térmico. Se trata de una solución muy asequible para evitar el consumo energético en verano. En otras palabras, el toldo es una inversión. A diferencia de los acondicionadores de aire, los toldos no consumen energía ni generan calor. Si lo comparas con otras soluciones, es un mecanismo de aire acondicionado pasivo. Si necesitas instalar un toldo en tu vivienda, contacta con nosotros.
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